En el principio, Dios era un hippy
melenoso y piojoso y sólo existía él. Entonces la masa de su pelo aumentó y se
concentró tanto que se expandió en una explosión llamada el Big Hair. Estos
pelos, esparcidos por el Universo acabaron creando los planetas que hoy
conocemos y que no son otra cosa que una bola de pelo divina, como las que
hacen los gatos. Fue aquí cuando Dios se convirtió en calvo.
Dios Calvo (DC) intentó recuperar
ese pelo que estaba esparcido por el Universo, pero al no poder hacerlo creó al
hombre con la única función de que éste generase pelo para poder robárselo. Así
nació el primer hombre, Adán. DC le robó el pelo a Adán, pero al ser un hombre
llevaba el pelo corto. Como a DC no le bastaba para repoblar su melena con el
pelo de Adán, creó a una mujer con una larga cabellera, Eva.
DC obligó a Adán y Eva a tener
descendencia, pero Eva tenía miedo de Adán porque éste se había quedado calvo.
Entonces, Eva cayó en la tentación de la serpiente del árbol de las pelucas, un
árbol que había plantado Dios para fabricar pelo y al que ellos tenían
prohibido acercarse. La serpiente, para que Eva pudiese enamorarse de Adán, le
dio una peluca fabricada con pelo del árbol para que se la pusiera.
Dios, al descubrir que le habían
robado una peluca, los echó del paraíso. Adán y Eva se presentaron ante el
diablo, un heavy medio melenudo medio rastafari. El diablo había enviado a la
serpiente para tentar a Eva. El diablo les ofreció asilo, le devolvió el pelo a Adán y les protegió del regreso de
DC, que quería robar su pelo.
Adán y Eva tuvieron descendencia,
pero DC volvía para robarles el pelo a los descendientes que el demonio no
podía proteger.
Con el tiempo, los católicos dirían
que el demonio es el verdadero Dios porque es quien les devolvió el pelo.
Nosotros, como calvos defendemos
que somos los elegidos de DC, un Dios calvo que intentó recuperar su pelo
creando al hombre, porque somos nosotros a quien nos roba el pelo. Es decir, un
calvo es un elegido de DC porque le ha robado el pelo para poder repoblar su
antigua melena.